Existe cierta verdad y cierta mentira sobre como somos los surfers. Despreocupados, con cuerpos esculturales, rubios y con melena al viento, todo el día en bermudas y chanclas con los pies llenos de arena y con restos de salitre en la piel. Pero, ¿como surfer te ves reflejado en esto? Sí que existen ciertos patrones generales que nos unen, como tener una tabla y entrar al agua a pillar olas. ¿Pero se nos puede englobar a todos bajo el mismo patrón?
LAS VERDADES Y LAS MENTIRAS EN EL SURF
Y es que se tiende a crear una imagen idílica de lo que es surfear. Pero esa imagen creada por la publicidad de medios generalistas dista mucho de la verdad con la que nos solemos enfrentar. Los surfers no solo somos surfers, también somos personas. Y ojalá nuestra vida fuera vivir en la playa, surfear todos los días y que los kilos de más no nos pesaran a la hora de hacer el take off. Pero si nos olvidamos de esas imágenes de gente joven, siempre sonriente mientras surfea 1 metro perfecto en una isla paradisíaca, ¿puede el surf ser un estilo de vida? ¿Podemos llevar un estilo de vida movido por las olas sin encajar en estos estereotipos?
El surf sí es un estilo de vida
Si nos acogemos a la definición más pura, estaríamos englobando todos comportamientos habituales que realizamos a lo largo de nuestro día a día. Entonces el surf como estilo de vida sería una afirmación rotunda. En mayor o en menor medida, intentas adaptar tu vida a tener un rato para poder coger olas. Por lo que podríamos afirmar que tiene una comunidad, tiene sus propios medios, su propio arte, literatura, mercado, turismo … Quizás el problema está en la forma que tienen de vernos las personas ajenas a nuestro no tan pequeño cosmos está anticuada o que nunca han llegado a entenderlo. Pero desde luego tú eres tan surfer, como el chaval hawaiano que coge olas todos los días del año en bañador. Vale que a ti te cueste más, pero sin duda, los dos os movéis en torno al mar.
Los surfers solo queremos una cosa: ¡pillar olas!
Y es que hasta hace poco, no se veían reflejadas todas las realidades del surf. Y una forma de poder darnos cuenta de esto son los vídeos. No mucho tiempo atrás, casi todo el material de vídeo o fotografía que recibíamos era de olas perfectas, en aguas cristalinas y paraísos con temperaturas mucho más agradables de las que seguro hay en tu costa. ¿Puede ser que internet haya abierto una brecha en la democratización del surf? Esto sí que es algo que no podemos afirmar, pero parece ser que de un tiempo a esta parte nos hemos dado cuenta de que en sitios no tan idílicos también existen olas que merecen la pena ser surfeadas. Con escenas quizás pequeñas, pero muy homogéneas y ricas en cultura surfera. Personas que también intentan hacer un puzzle con su vida para tener al menos una hora de baño, casi sin importar las condiciones que se encuentren en el pico.
La conclusión que nosotros sacamos de todo esto, es que los surfers - englobando a bodyboarders, longboarders y SUPers - nos movemos por el recuerdo de las sensaciones que sentimos cuando estamos sobre la tabla deslizándonos por la ola. Y nosotros creemos que esto es lo que nos une. Unos sentimientos fuertes y que se pueden profesar de formas muy distintas. ¿Te has parado a pensar cuántas personas pueden estar surfeando una ola a la misma vez que tú?
La verdad es que todos los surfers somos distintos pero, a la vez, el surf es lo que nos une.
